En el observatorio del Monte Wilson en California, un astrónomo estadounidense de nombre Edwin Hubble hizo uno de los mayores descubrimientos en la historia de la astronomía. Mientras observaba las estrellas con un telescopio enorme, encontró que la luz de la mayoría de ellas se desplazaba hacia el extremo rojo del espectro, y que este cambio era más pronunciado cuando más alejada estaba la estrella de la Tierra.
Este descubrimiento tuvo un efecto electrizante en el mundo de la ciencia, debido a que, según las reglas reconocidas de la física, los espectros de los haces de luz que viajan hacia el punto de observación tienden hacia el azul, mientras que los espectros de los haces de luz que se alejan del punto de observación tienden hacia el rojo. Durante las observaciones de Hubble, descubrió que la luz de la mayoría de las nebulosas extragalácticas tiende hacia el rojo. Esto significaba que ellas se alejan constantemente de nosotros.
Mucho antes de eso, el astrónomo inglés William Huggins había registrado el corrimiento hacia el rojo de la estrella Sirio, y a partir de eso, Hubble registró diversos corrimientos hacia el azul y hacia el rojo de objetos del universo. En 1929 Hubble concluyó que, si bien algunas nebulosas cercanas se mueven hacia la Tierra, las nebulosas extragalácticas se están alejando, y junto con el astrónomo estadounidense Milton Humason, elaboró el postulado de que las galaxias se alejan unas de otras a una velocidad proporcional a su distancia. Esto solo significa que el universo se expande continuamente.
Para entenderlo mejor, el universo puede ser considerado como la superficie de un globo que está siendo inflado. Del mismo modo que los puntos en la superficie del globo se apartan unos de otros a medida que se infla, así mismo los objetos en el espacio se alejan unos de otros a medida que el universo se expande. De hecho, esto había sido descubierto de manera teórica mucho antes. El físico alemán Albert Einstein, considerado el mayor científico del siglo XX, concluyó con base en sus cálculos de física teórica, que el universo no puede ser estático. Sin embargo, dejó descansar su descubrimiento para no entrar en conflicto con el modelo de universo estático ampliamente reconocido en su época. Más adelante, Einstein reconoció dicho acto como “el mayor error de su carrera”. El matemático ruso Alexander Fridman propuso en 1922 una demostración teórica de que el universo puede expandirse, y el sacerdote y astrónomo belga Georges Lemaître propuso en 1927 la teoría de la expansión del universo. Las observaciones de Hubble y el artículo que publicó en 1929 junto con Humason, demostraron que la teoría de Lemaître era correcta.
Entonces, ¿qué importancia tuvo el hecho de que el universo se expande, en relación con la existencia del universo? Lemaître afirmó que la expansión del universo implica que, si se pudiera viajar atrás en el tiempo, el universo demostraría haberse originado en un solo punto. Ese punto es denominado singularidad, donde la densidad de la materia y la energía se hace infinita. El universo comenzó a existir a partir de la explosión de esta singularidad que tenía “volumen cero”. En 1931, Lemaître denominó a este evento que dio inicio al universo “Gran Explosión” (Big Bang). La teoría de la Gran Explosión se ocupa de lo que ocurrió en el universo un instante después de ocurrida la explosión, ya que antes de eso la densidad era tan alta que la teoría de la relatividad general no aplica, y la física aún no ha desarrollado la teoría de gravedad cuántica necesaria para explicar la situación del universo en ese período de tiempo.
Es necesario aclarar que “volumen cero” es una expresión teórica utilizada con fines descriptivos. La ciencia puede definir el concepto de “nada”, que está más allá de los límites de la comprensión humana, solo expresándolo como un punto con volumen cero. En realidad, un “punto sin volumen” significa “nada”. El universo ha surgido de la nada; en otras palabras, fue creado.
La teoría de la Gran Explosión mostró que, al principio, todos los objetos en el universo fueron una sola pieza, y luego se separaron. Este hecho, que fue revelado por dicha teoría, está afirmado en el Corán desde hace más de catorce siglos, cuando la gente tenía muy poco conocimiento sobre el universo. Al-lah dice: {¿Acaso los que se niegan a creer no reparan en que los cielos y la Tierra formaban una masa homogénea y la disgregué, y que creé del agua a todo ser vivo? ¿Es que aún después de esto no van a creer?} [Corán 21:30].
Como se afirma en la aleya, todo, incluso los cielos y la Tierra, fueron traídos a la existencia con una Gran Explosión a partir de un único punto o singularidad, y el universo actual se formó con la separación de esa masa homogénea.
Cuando comparamos las afirmaciones de esta aleya con la teoría de la Gran Explosión, vemos que están totalmente de acuerdo una con la otra. Sin embargo, la teoría de la Gran Explosión fue introducida como teoría científica apenas en el siglo XX.
La expansión del universo es una de las piezas más importantes de evidencia de que el universo fue creado de la nada. Aunque este hecho no fue descubierto por la ciencia hasta el siglo XX, Al-lah nos informó de esta realidad en el Corán (revelado hace más de 1.400 años) diciendo: {Yo soy Quien construí el universo con [Mi] poder [creador], y soy Yo Quien lo expande continuamente} [Corán 51:47].