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Consejos para el y la musulmana - Él estudio del Din – Parte 1

Consejos para el y la musulmana - El estudio del Din – Parte 1

Por: Sherezada

Como musulmana conversa, yo no hablaba árabe, y no estaba dentro de mis planes futuros aprenderlo. Cuando me revertí al Islam esto fue un gran impedimento; las suplicas y la oración se me complicaban mucho, por estar pendiente de recordar la transliteración me desconcentraba de lo que debía recordar o estar sintiendo. Ni qué decir de la recitación del noble Corán.

Recuerdo que en mi primer Ramadán, mientras varios de mis hermanos musulmanes rezaban, leían el Corán y hasta lloraban con la recitación del imam durante el Tarawih, yo solo pensaba: “No entiendo.” Y eso me frustraba de gran manera. Sentía que perdía el tiempo e incluso llegué a pensar que no era tan buena musulmana como los que se desgajaban en lágrimas con cada “Al-lahu akbar”.
Un día, leí el siguiente hadiz:
Se transmitió de Abu Musa, Al-lah esté complacido con él, que dijo el Profeta, Al-lah lo bendiga y le dé paz: “¡Memorizad el Corán y perseverad en su estudio! ¡Por Aquel que tiene el alma de Mujámmad cogida de su mano, que el Corán es más difícil de conservar en la memoria que el retener atados a los camellos!” [Bujari y Muslim]
Para poder alejar estos sentimientos tan nefastos, y haciendo caso del hadiz, decidí aprender a recitar el Corán, los bellos nombres de Dios y lo que más pudiera de árabe.

Haciéndolo me di cuenta que no es nada fácil, pero que yo contaba con una serie de herramientas que me ayudaban: en mi universidad una de las consignas es la autonomía, gran parte de mi formación universitaria se enfocó en aprender a aprender, en medio de esto aprendí algunos consejos que espero les sean útiles a todos los musulmanes que hacen un gran esfuerzo por estudiar el Din.
Como siempre, recuerden que lo principal para que nuestras obras, entre ellas el estudio del Din, sean aceptadas, es la intención, que debe ser pura y dirigida solamente a nuestro Creador:
Omar Ibnul Jatab narró que oyó decir al Enviado de Al-lah, sal-la llahu ‘alaihi wa sal-lam: “Los actos valen por su intención. Todas las personas serán recompensadas según sus intenciones. Quien haya emigrado sinceramente por Al-lah y Su Mensajero, su emigración habrá sido por Al-lah y Su Mensajero. Pero quien haya emigrado para obtener algún beneficio mundanal o para casarse con una mujer, su emigración habrá sido por aquello que emigró”. [Bujari y Muslim]

1. Un rincón de estudio: crear un espacio adecuado de estudio es fundamental. Un lugar confortable con todo lo que necesitemos a la mano. El objetivo es tener todo listo para estudiar en el menor tiempo posible.
En estos tiempos modernos, el tiempo es algo cada vez más escaso; admiro mucho a mis hermanos y hermanas que sacan bocaditos de minutos para estudiar acerca del Islam, por eso este primer paso es de vital importancia. A veces solo tenemos media hora para estudiar, pero nos gastamos diez o veinte minutos buscando nuestro material, un esfero, los libros, la página en internet, ordenando las hojas sueltas de los apuntes que hemos tomado, etc. Y cuando nos damos cuenta, el escaso tiempo que teníamos para estudiar se ha diluido. Para evitar esto, es importante tener lo que necesitamos siempre listo.
Cuando digo un rincón de estudio no me refiero a un estudio o un escritorio; si lo puedes tener mucho mejor, pero la verdad es que en ocasiones no contamos con el espacio. Por eso podemos crear un rincón virtual o portátil. ¿Cómo? Tener lo que necesitamos siempre listo: cuaderno, esferos, libros, hasta una botella de agua, en una maleta donde se pueda solo sacar las cosas, disponerlas y cuando terminemos guardarlas. Utilizaremos mucho mejor nuestro tiempo.
De manera virtual podemos tener programas para memorizar Corán o de aprendizaje de árabe y otros, pero no dispersos en diferentes archivos sueltos, sino todo ordenado en un solo archivo, en lo posible de acceso directo, que cuando queramos acceder no sea necesario rebuscar por todo nuestro dispositivo portátil sino hacer un simple clic en el escritorio.
Es importante aprender a identificar qué es necesario y que no, de lo contrario terminaremos llenos de esferos de colores, resaltadores, fotocopias, anotaciones… entre menos cosas mejor, siempre cubriendo el total del espectro. Esto varía con cada persona, alguien puede estudiar con un lápiz y una hoja en blanco, otra persona necesitara impresora, una taza de café caliente y un diccionario bilingüe. Lo que tú necesites está bien, pero que sea necesario en realidad.
2. Evita la procastinación: Procastinar es un verbo de moda, consiste en postergar nuestras obligaciones haciendo tareas que son más placenteras, este problema se ha disparado con el uso continuo de dispositivos portátiles, las redes sociales y el internet. El problema consiste en que estas actividades que realizamos son útiles, no estamos “perdiendo el tiempo” sino evitando cumplir con lo que nos aburre o nos es desagradable.
¿Cuántas veces nos ha sucedido entrar a internet a buscar un sura del Corán y terminar chateando en Facebook o viendo videos graciosos en YouTube? La red es un gran servicio de aprendizaje, y a la vez una trampa de procastinación.
El primer consejo: desconéctate de la Matrix. Nadie se va a morir por no revisar su Facebook cada diez minutos y el mundo no deja de girar por no contestar el Viber. Desconéctate cuando estés estudiando tu Din, dedícale ese tiempo a Al-lah y Él te lo recompensara. Recuerda lo que se narró:
Ibnu ‘Abbas narró que el Enviado de Al-lah dijo: “Mucha gente olvida agradecer dos favores que Al-lah concede: la salud y el tiempo libre.” [Bujari]
Descarga toda la información que necesites, y apaga el internet, el tiempo te rendirá de una manera asombrosa.

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