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La Hospitalidad (Parte 1)

La Hospitalidad (Parte 1)

La hospitalidad es un principio refinado y una característica de los Profetas y los Mensajeros; es un rasgo del generoso y el noble. Cualquiera que sea conocido por su hospitalidad es considerado como una persona de rango sublime, y por lo tanto la gente le obedece. Tanto en la era pre-islámica como en el Islam, la gloria se obtiene dando de comer y siendo hospitalarios, lo cual denota la perfección de la grandeza. Ibn Hibban, que Al-lah le Dé Su perdón, dijo: “Los árabes nunca consideraron la generosidad nada más que ser hospitalarios y convidar de comer. No consideraban a nadie que careciera de dichas características como alguien generoso.”

El Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, nos instó a ser hospitalarios. Ha sido narrado bajo la autoridad de Abu Huraira, que Al-lah Esté complacido con él, que el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Aquel que crea en Al-lah y en el Ultimo Día debe ser hospitalario con sus invitados.” [Al Bujari, Muslim]
Se ha reportado que Abu Shurai Juwailid ibn ‘Amr, que Al-lah Esté complacido con él, dijo: “Mis oídos escucharon y mis ojos vieron decir al Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam: ‘Aquel que crea en Al-lah y en el Ultimo Día debe ser generoso con sus huéspedes y darles lo que se merezcan.’ Alguien inquirió entonces cuales son los derechos de los invitados, a lo que él, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, respondió: ‘Que se les reciba generosamente por un día y una noche con comida de primera; también tienen derecho a ser obsequiados con comida normal durante tres días. La hospitalidad abarca hasta tres días; lo que venga después ya es una caridad (opcional).’” [Al Bujari, Muslim]
En otra versión, el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “El lapso para albergar a un huésped es de tres días, y el invitado tiene derecho por un día y una noche a una amabilidad y cortesía extremas. No se permite que ningún musulmán se quede con su hermano hasta hacer que este caiga en el pecado.” Le preguntaron: “Oh Mensajero de Al-lah, ¿cómo podría hacerlo caer en el pecado?” El Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, contestó: “Quedándose tanto tiempo con él que ya no tenga que ofrecerle.” [Muslim]
El Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, le dijo a ‘Amr ibn Al ‘As, que Al-lah Esté complacido con él: “Tus invitados tienen derechos sobre ti.”[Al Bujari, Muslim]
El Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, también aprobó cuando Salman Al Farisi le dijo a Abu Ad-Darda’, que Al-lah Esté complacido con ellos: “Tus huéspedes tienen derechos sobre ti.” [At-Tirmidhi]
Ibn ‘Abbas, que Al-lah Esté complacido con él, y su padre dijeron: “El día de Tabuk, el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dio un sermón en el que dijo: ‘No existe quien se compare al hombre que toma las riendas de su caballo para emprender la Yihad por la causa de Al-lah y que evita la maldad de la gente; ni quien se compare a aquel que se encuentra entre su rebaño dando de comer a sus invitados y satisfaciendo los derechos de estos últimos.’” [Ahmad, a través de una cadena auténtica de narradores]
Abu Huraira, que Al-lah Esté complacido con él, narró: “Una persona vino hasta el Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, y le dijo: ‘Estoy sumamente cansado y necesitado.’ Él, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, mandó preguntarle a una de sus esposas si tenía comida; sin embargo, ella respondió: ‘Por Aquel Que te Envió con la verdad, no tengo nada que ofrecer más que agua.’ Entonces el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, mandó preguntar lo mismo a otra de sus esposas; y recibió la misma respuesta. Esto se repitió hasta que todas las esposas habían respondido lo mismo: ‘Por Aquel Que te Envió con la verdad, no tengo nada que ofrecer más que agua.’ En vista de eso, el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, exclamó: ‘Al-lah se Apiadará de quien convide a este huésped esta noche.’ Entonces un hombre de Al Ansar se puso de pie y dijo: ‘Oh Mensajero de Al-lah, yo lo recibiré.’ Después, llevó al hombre a su casa y le preguntó a su esposa: ‘¿Tenemos que darle a este invitado?’, a lo que ella dijo: ‘No, excepto la comida de nuestros hijos.’ Él replicó: ‘Distráelos como puedas, y cuando el huésped entre apaga la luz y finge ante él que estamos comiendo.’ Así, se sentaron y le dieron de comer al huésped. Al llegar la mañana, el anfitrión se dirigió al Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, quien le dijo: ‘Al-lah Vio complacido lo que ambos hicieron por vuestro huésped anoche.’” [Al Bujari, Muslim]
Noten como la generosidad elevó el rango de esta familia a tal grado que Al-lah Todopoderoso le Informó al Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, de lo sucedido y de que Estaba complacido con ellos.

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