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'Ashura y la historia de Moisés (Parte 1)

¿Qué es ‘Ashura’? 

Tanto judíos como musulmanes, recuerdan el día en que Al-lah salvó a Musa (Moisés), la paz sea con él, y a su pueblo en el mar Rojo de las garras del Faraón. Este día lleva el nombre de ‘Ashura’, que significa (tanto en hebreo como en árabe) “día décimo”.
 
Todas las celebraciones religiosas en el Islam tienen como objetivo recordar algún acontecimiento importante que nos aporta muchas y muy beneficiosas enseñanzas, las cuales aumentan nuestra fe. El objetivo de las celebraciones en el Islam no es simplemente realizar un festejo, sino que los creyentes aprendan de los ejemplos del pasado.
 
Cuando el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, llegó a Medinah como emigrante, ordenó a sus seguidores que ayunaran del día de ‘Ashura’, y les informó que quien ayunara ese día (con fe y para agradar a Al-lah) se le perdonarían todos los pecados menores cometidos el año anterior.
 
La historia de Musa (Moisés), la paz sea con él
 
Musa, la paz sea con él, fue un gran Profeta de Al-lah. Nació en Egipto hace aproximadamente 3400 años. Musa, la paz sea con él, era israelita y descendiente del Profeta Ibrahim (Abraham), la paz sea con él.
 
Antes que Musa naciera, el Faraón de Egipto, quien era un cruel tirano e idólatra, ordenó que mataran a todos los niños israelitas, porque le habían dicho que él sería asesinado por uno de ellos. Pero Al-lah, alabado sea, salvó a Musa, la paz sea con él, protegiéndolo cuando su madre lo puso en una canasta y lo dejó ir por el río Nilo para que no fuese encontrado por los soldados del Faraón.
 
La esposa del Faraón encontró al bebé y, como no tenía hijos, convenció al Faraón para que lo adoptaran, y así Musa fue criado en el palacio. Pero Al-lah (Alabado Sea) Hizo que la verdadera madre de Musa fuera contratada en el palacio como nodriza; y así, su madre lo alimentó desde pequeño y le enseñó la creencia en un solo Dios.
 
Cuando Musa, la paz sea con él, ya era adulto, mató por accidente a un egipcio que estaba maltratando a una persona débil. Por esto, tuvo que escapar muy lejos.
 
Musa, la paz sea con él, se quedó a vivir en Madian; allí se casó y trabajaba como pastor de animales. Un día, Al-lah le Habló desde un arbusto en llamas y le Ordenó que volviera a Egipto a liberar a los creyentes. Musa, la paz sea con él, obedeció a Al-lah sin dudar porque era musulmán (que se somete y obedece las órdenes de Al-lah), a pesar que sabía lo peligroso que era regresar a Egipto.
 
Musa volvió a Egipto, y junto con su hermano, el Profeta Harun (Arón), la paz sea con él, fueron a ver al Faraón para decirle que Al-lah Quería que dejara en libertad a los creyentes. Sin embargo, el Faraón era malvado y orgulloso, así que se negó y mandó a sus magos contra Musa, la paz sea con él; pero   Al-lah Hizo que Musa los venciera. Los magos, al ver el poder de Al-lah, creyeron en Él, y el Faraón los hizo matar por eso.
 
Como el Faraón se empeñaba en desobedecer el mandato de Al-lah y no dejaba en libertad a los israelitas, Al-lah Mandó nueve plagas (castigos) contra él y su pueblo; hasta que, finalmente, el Faraón dejó ir a los creyentes. Musa, la paz sea con él, salió de Egipto con su gente y los llevó hacia el mar Rojo. Pero el Faraón era traicionero y mentiroso, así que salió en búsqueda de Musa y sus seguidores. Junto al Faraón iban sus soldados, listos para matar a Musa y a los que iban con él. Y una vez más Al-lah, alabado sea, Salvó a Musa, la paz sea con él, y a su gente, Ordenándole que golpeara el agua del mar con su bastón y el mar se abrió en dos, dejando un camino al medio por donde pasaron los israelitas. Cuándo el Faraón y sus soldados quisieron pasar, Al-lah Cerró las aguas y todos se ahogaron. Antes de morir, el Faraón reconoció que el Dios de Musa era el Único Dios Verdadero, pero ya era muy tarde; así que Al-lah Dejó que se ahogara y le Dijo, como se menciona el en Corán, que preservaría su cuerpo como ejemplo para las generaciones venideras. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Hicimos que los Hijos de Israel cruzaran el mar. Y los persiguieron el Faraón y su ejército injustamente, empujados por el odio. Y cuando [el Faraón] sintió que se ahogaba indefectiblemente, dijo: ‘Creo en una única divinidad como lo hace el pueblo de Israel, y a Él me someto’. [Al-lah le respondió:] ‘¿recién ahora crees, luego de haber desobedecido y haberte contado entre los corruptores? Conservaremos tu cuerpo y te convertirás en un signo para que las generaciones futuras reflexionen. Por cierto que muchos de los hombres son indiferentes a Nuestros signos’.} [Corán 10:90-92]
 
 
 

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