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Las institutrices y las sirvientas sustituyen a las madres (Parte II)

Las institutrices y las sirvientas sustituyen a las madres (Parte II)

Cuando los padres de familia dejan a los hijos en manos de sirvientas e institutrices suceden muchas cosas negativas, entre las cuales están: 

-      La lengua materna de la sirvienta o institutriz, si es extranjera, afecta en gran grado la habilidad del niño para aprender y dominar el idioma de sus padres. Consecuentemente, el niño podría atrasarse más que otros niños de su edad en términos de aprendizaje de la lengua, pronunciación correcta de cada fonema y adquisición de vocabulario necesario, e incluso podría llegar a aprender el idioma de su institutriz antes que el propio. 
-      Por lo general, una institutriz debilita la relación madre-hijo, ya que el niño se siente a menudo más apegado a ella que a su madre. La institutriz es quien cubre las necesidades básicas del niño: comida, bebida, higiene. También satisface sus necesidades cuando el pequeño desea descansar o jugar. Por tal motivo, la institutriz pasa a convertirse en una madre sustituta, y esto hace que el niño se aleje gradualmente de su madre, a tal grado que deje incluso de preguntar por ella durante su ausencia. Más sorprendente aun, el niño puede llegar a molestarse cuando la institutriz o sirvienta no está con él porque está ocupada con los quehaceres domésticos. A veces el niño puede llegar a llamar a la institutriz como si fuera su madre. 
-      El efecto de institutrices y sirvientas en la relación marital puede llegar a causar discordia entre los cónyuges. Su presencia crea una atmosfera de tensión y de incomodidad permanente entre los esposos. Estos problemas podrían desembocar en separación, abandono, desacuerdos o sacrificio de los hijos así como el deterioro de la vida marital. 
-      La presencia de sirvientas e institutrices debilita o impide el desarrollo de la independencia del niño como parte de su educación. Esto puede incluso llegar a hacer que el niño dependa continuamente de los demás y queda demostrado cuando los pequeños se rehúsan a hacer aun las cosas más simples porque saben que la sirvienta responde inmediatamente a todas sus exigencias. 
-      Un peligro que los padres de familia no deben olvidar es que algunas institutrices no musulmanas pueden inculcar las creencias de su religión a los niños sin que los padres se den cuenta de ello, por lo que la enseñanza del Islam a los hijos se descuida por completo.  
-      Además, que una sirvienta asuma las responsabilidades de una institutriz y/o viceversa es una gran carga. Cuando la sirvienta o institutriz hace todas las labores domésticas tales como limpiar, cocinar, planchar y lavar además de cuidar a los niños, puede llegar a sentirse frustrada y empezar a ser descuidada con los quehaceres y/o con el cuidado necesario que se le debe de dar a los niños.
      Hablar de este problema requeriría mucho tiempo. No obstante, el objetivo de este artículo no es el decir que las sirvientas o institutrice sean innecesarias en el hogar, sino simplemente es resaltar que los aspectos negativos pueden ser más que los positivos si las empleamos para que críen y eduquen a nuestros hijos.
      Algunas personas podrán preguntarse cuál es la solución viable de este problema, por lo que tomaremos la iniciativa y diremos que los padres de familia deben de tener en consideración lo siguiente: 
-      Es necesario observar la influencia de la institutriz en el credo de los hijos pequeños y prestar toda la atención que sea necesaria al desarrollo de la creencia islámica y a inculcarla en los hijos por medio del ejemplo. 
-      Es necesario asegurarse de que el hijo está en cuidado de su madre en primer lugar, ya que este no  puede prescindir nunca de ella, independientemente de cuan tan apegado se pueda sentir a la sirvienta o institutriz. 
-      Es necesario desarrollar los buenos hábitos y la independencia en los hijos para reducir su dependencia plena en las sirvientas o institutrices, especialmente en el periodo comprendido entre los 6 y los 15 años de edad. 
-      Sugerimos que las instituciones educativas y sociales establezcan jardines de niños y guarderías para cuidar a los hijos de las  madres que trabajan para que así estas no tengan que dejarlos en manos de institutrices y sirvientas. 
-      Sugerimos dar la importancia debida a modificar el estatus de las mujeres que tienen hijos pequeños que requieren de cuidado. Las madres que trabajan podrían recibir vacaciones pagadas parcialmente por un año más o menos, especialmente durante la lactancia; es decir, hasta que el niño cumpla dos años de edad. El objetivo de esto es darle a la madre la oportunidad de que le brinde a su bebé el cuidado emocional que éste requiere en esta etapa de su vida. 
-      Finalmente, recomendamos emplear a institutrices musulmanas de confianza para que ayuden con la crianza de los hijos. Ese tipo de institutrices también pueden ayudarnos a enseñar a los niños como llevar a cabo los actos de adoración de acuerdo a lo establecido en la Shari’ah. En añadidura, ese tipo de institutriz también tendría temor de Al-lah Todopoderoso en su trato con los miembros de la familia; por lo tanto, evitará pecar y sembrar la discordia entre los cónyuges o entre los hijos y la madre, al tiempo que cumplirá con sus deberes honesta y sinceramente.
En artículos posteriores seguiremos sugiriendo posibles soluciones para todos los problemas sociales que nos afligen en nuestros hogares. Le rogamos a Al-lah Todopoderoso para que nos Agracie con Su Guía y el Éxito.

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