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  1. Para la mujer
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Él comportamiento ante el pecado (parte 2 de 4)

El comportamiento ante el pecado (parte 2 de 4)

  

d. Reconocer la gran generosidad de Al-lah para con el ser humano, ya que, al arrepentirse de sus faltas, Él lo perdona. Así que debe agradecerle por Su bondad y generosidad.

e. Que el ser humano logre reconocer la necesidad que tiene de Al-lah, para que se someta totalmente a Él y ponga en Sus manos todos sus asuntos. Esto es necesario porque, por naturaleza, el ego del hombre es muy grande, tanto así que algunos se enceguecen y pretenden la divinidad, tal como sucedió con el Faraón y muchos otros más.

f. Comprender un concepto que es esquivo a cualquier descripción posible, pues solo se logra teniendo firmeza en la fe y una certeza total en Al-lah, nos referimos a la felicidad y la alegría que Al-lah siente cuando un siervo arrepentido se acerca a Él en busca de Su perdón. Leamos las palabras del Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, para lograr comprender esta idea; él dijo: “Dios se alegra con el arrepentimiento de uno de ustedes mucho más que aquella persona que, en un viaje por el desierto, es abandonada por su montura, en la que, además, llevaba todas sus provisiones; y luego de haber perdido la esperanza (y verse al filo de la muerte), recostado bajo la sombra de un árbol (esperando que le llegue su hora), ve que en frente suyo aparece su animal con todo lo que cargaba…” (Muslim).

g. Que el creyente logre por medio de su entrega y sumisión a Al-lah alejar a su enemigo declarado, el demonio. Cuanto más ame a Al-lah y mayor sea su compromiso en el cumplimiento de Sus mandatos, mayor será la distancia que habrá entre él y shaitan. Quien logra alcanzar este nivel de fe y de sumisión, lo disfrutará tanto que no podrá contener el llanto a causa del tiempo desperdiciado por desobedecer a Al-lah.

h. El arrepentimiento es una de las más grandes formas de adoración y de las más amadas por Él.

Es así como el pecado ha sido establecido por Al-lah para que Sus siervos y creyentes verdaderos alcancen ese nivel de fe, de certeza y de adoración. Es este el sentido real al que se refiere el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, en el hadiz que ya habíamos citado y en el que dijo: “Juro por Aquel en cuyas manos está mi alma, que si ustedes no pecaran, Al-lah los desaparecería y crearía a otros que cometieran faltas y que se arrepintieran, para perdonarlos” (Muslim).

El pecado y las faltas tienen dos efectos:

· Negativo: Que es cuando la persona se sume y hunde en el pecado, no siendo capaz de encontrar el camino para el arrepentimiento.

· Positivo: Que hace que la persona anteponga a Al-lah tal como ha sido explicado.

2. Concurrencia del pecado:

Este es un concepto que debe ser bien entendido y manejado, pues todo lo que explicamos anteriormente no se refiere a cometer un solo pecado. Esta idea debe ser comprendida con base en las enseñanzas proféticas. Dijo el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Un siervo de Dios cometió un pecado y dijo: ‘¡Oh, mi Señor! He pecado, ¡perdóname!’. Entonces, Al-lah dijo: ‘Mi siervo sabe que tiene un Señor que castiga por las faltas y que es Perdonador; lo he perdonado por ello’. Luego de un tiempo esa misma persona vuelve y comete un pecado, y dice: ‘¡Oh, mi Señor! He pecado nuevamente, ¡perdóname!’. Entonces Al-lah dice: ‘Mi siervo sabe que tiene un Señor que castiga por las faltas y que es Perdonador; lo he perdonado por ello’. Nuevamente vuelve a pecar y dice: ‘¡Oh, mi Señor! He pecado nuevamente, ¡perdóname!’. Entonces Al-lah dice: ‘Mi siervo sabe que tiene un Señor que castiga por las faltas y que es Perdonador; ya lo he perdonado tres veces, así que (por su consciencia de que soy Su Señor y de que soy Perdonador) él puede hacer lo que sea (porque ya lo he perdonado)’” (Bujari).

También dijo: “No existe una persona que no incurra en el pecado de vez en cuando, y hay otras que no dejan nunca de pecar. El creyente fue creado para ser tentado, pero cuando incurre en una falta se arrepiente. Olvida, pero al serle recordada la vía recta, rectifica” (Autenticado por el Albani).

Entonces, el secreto no está en el hecho de que es común que pequemos como humanos y fallemos, sino en el hecho de que al hacerlo, debemos reconocer la falta, sentir que hemos fallado, ser conscientes de las consecuencias del pecado y, sobre todo, llevar en el corazón la fe en la grandeza de Al-lah y Su infinita bondad y misericordia para con todos nosotros.

3. Lo que se piensa y lo que se guarda en el interior no cuenta como pecado:

Al saber que el ser humano se inclina a al error y el pecado, Al-lah decretó que en el interior de cada individuo haya pensamientos, sean estos inspirados por Al-lah, susurrados por el demonio o infundidos por “yo” (ego) de la misma persona. Por lo tanto, al ser un instinto que está por encima del control del ser humano, Al-lah pasa por alto lo que se piensa y se guarda en el interior. Esto lo encontramos en el hadiz en el que el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Al-lah ha pasado por alto lo que piensa la gente de mi nación, a menos que lo diga o haga” (Muslim). Es más, el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo también: “A quien piensa en cometer un pecado de palabra o acción, y se abstiene, Al-lah lo recompensará anotándole una buena acción (hasana)” (Bujari).

4. Los pecados son causa de la perdición y la ruina:

Esto sucede cuando la razón y la sabiduría detrás de la existencia del pecado y su designio no se cumple, es decir, cuando no hay arrepentimiento que lleve al pecador a la sumisión y entrega a la voluntad y adoración de Al-lah. Cuando esto pasa, el único resultado es la perdición y la ruina.

Así que lo que le sucede al pecador obstinado, orgulloso, injusto y que se arroja a un mal fin, es una muestra de lo que el shaitan puede lograr con aquellos que se dejan engañar con sus tretas, los enceguece y se apodera de sus mentes y corazones. Que Al-lah nos proteja a todos de caer en sus redes.

Luego de saber todo lo anterior, sé bondadoso contigo mismo, aceptando la gracia y benevolencia de Al-lah, no desesperes de Su misericordia, reconoce el gran favor que Dios ha tenido contigo y no te dejes arrastrar por el demonio, alejándote de la sumisión y adoración de Al-lah. Y, de igual forma, no recrimines a los pecadores, no siembres el desaliento y el abatimiento en ellos, ¡no les cierres tú la puerta del perdón!

¿Por qué hay gente que reprende a los pecadores? ¿Se sienten superiores a los demás? ¿Son ellos mejores que los sahabah del Profeta? Sin lugar a duda ellos fueron la mejor generación de creyentes que ha existido y, sin embargo, entre ellos hubo quienes cometieron pecados. ¿Es que no entienden que todos los seres humanos tenemos la misma tendencia y las mismas posibilidades de pecar y fallar? Es obvio que no hay que menospreciar el pecado, pues por pequeño que sea nos expone a la ruina y la perdición.

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Ver la otras partes:

Parte 1 de 4

Parte 3 de 4

Parte 4 de 4

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