Faciliten y no dificulten

22/08/2021| IslamWeb

Anas Bin Malik, que Al-lah esté complacido con él, reportó que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Faciliten las cosas y no las dificulten, sean optimistas y no alejen a la gente del bien” (Bujari y Muslim).

A continuación, desglosaremos cada uno de los cuatro conceptos mencionados en este gran hadiz:

Faciliten las cosas

Se nos llama a seguir el camino más fácil, sin importar si se trata de asuntos personales, relacionados con nuestro trabajo, nuestro diario vivir o la interacción y trato con las demás personas. El enviado de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, nos enseñó con su ejemplo que cuando se nos presenten dos opciones, escojamos la más fácil, siempre y cuando no implique la violación de una ley (cometer un pecado), porque cuando se trataba de algo que significaba desobediencia a Dios, él (el Profeta) ni siquiera pensaba en dicha opción.

Por lo tanto, al estar ante un camino que se divide en dos vías debemos seleccionar la más sencilla de recorrer, ya sea que se trate de asuntos de nuestra vida personal, nuestra forma de adoración o la relación con los demás, como ya habíamos dicho, pues así lo dispuso Al-lah cuando dijo: {Dios desea facilitarles las cosas y no dificultárselas} [Corán 2:185]. Es por esto que si vas a ir a la mezquita, por ejemplo, y hay dos rutas que te llevan a ella, una de las dos tiene aceras pavimentadas y planas, mientras que el otro camino está lleno de huecos y piedras; tu obligación es escoger la primera ruta, al igual sucede con el Hayy (la peregrinación), si te ponen a escoger entre desplazarte en un transporte que te lleve a los lugares de forma cómoda o ir a pie, debes preferir ir cómodo,
ya que en ambos ejemplos, imponerte un sufrimiento para adorar a Dios, no te dará una recompensa mayor, por el contrario, estarías desobedeciendo un mandato de Al-lah y de Su Mensajero.

Ahora bien, si el cumplimiento de un acto de adoración o cualquier otra obra de bien implica dificultad y no hay otra forma de hacerlo, en ese caso se efectúa de esa manera y la persona obtendrá una recompensa adicional, ya que no hay posibilidad de hacerlo de otro modo. El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, enseñó que hacer el wudu’ completo cuando hace mucho frio o cuando se tiene dolor es una razón para que Al-lah eleve los grados de la persona en el Paraíso y que sus pecados sean perdonados pues, como todos sabemos, la ablución es obligatoria para cumplir con la oración.

El Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, nos enseñó que hasta en el ayuno hay que seguir su guía hacia la facilidad, por eso dijo: “Los musulmanes estarán siempre bien, mientras se apresuren a romper el ayuno cuando llega la hora de hacerlo”; y en otro hadiz nos instruyó a que retrasáramos todo lo que podamos el suhur. Ambas enseñanzas nos indican que él buscaba lo mejor, que era lo más fácil, para su Ummah, pues retrasar el suhur ayuda a fortalecer el cuerpo para soportar el día de ayuno, mientras que apresurar el futur hace que la persona pueda saciar su sed y hambre inmediatamente termina el ayuno.

De todo lo anterior se desprende la regla que dicta que seguir lo que es más fácil, siempre que esto no implique incurrir en un pecado, es mejor para la persona y lo más preferido por Al-lah.

No las dificulten

El primer concepto, que ya explicamos, nos indica que no debemos complicarnos la vida y que debemos seguir siempre lo que sea más fácil para nosotros, pues dificultar las cosas es prohibido y por este motivo encontramos que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, en una ocasión vio que una persona estaba bajo el sol ardiente, así que preguntó qué hacía, la gente le respondió que él había hecho un voto de ayunar bajo la inclemencia del sol, entonces le prohibió que lo hiciera por el daño que se estaba causando.

Sean optimistas

Se debe pensar positivamente y esperar lo mejor de todo lo que se hace y sucede, y debemos inspirar esta conducta en las otras personas. Cuando realizamos alguna obra de bien debemos tener la esperanza de que esta será aceptada, si se hizo con sinceridad y piedad, dijo Al-lah: {Dios solo acepta las obras de los que obran con fe sincera} [Corán 5:27]. Cuando se le pida a Al-lah algo, hay que tener la certeza de que Él, de una u otra forma, responderá: {Su Señor dice: "Invóquenme, que responderé [sus súplicas]"} [Corán 40:60].

Al Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, aborrecía el pesimismo y amaba el optimismo, pues la persona que tiene esta cualidad está activa y buscando la manera de hacer mejor las cosas, y cuando se le presenta una dificultad no se estanca, sino que busca una solución. Todo lo contrario sucede con el pesimista, quien es una persona llena de angustia, y al cumplir con sus deberes actúa como si lo hiciera forzado, sin gusto y sin ganas.

Es importante que transmitamos este principio en los demás, por ejemplo, cuando alguien comienza un proyecto nuevo, por lo cual está nervioso e inseguro, hay que darle ánimo, hay que llenarlo de entusiasmo y alentarlo. Dicha actitud es más que necesaria cuando se visita a un enfermo que padece de una grave enfermedad, se le debe explicar que todo sucede por una causa, por más desagradable que parezca; que todo es pasajero, que hay que tener paciencia y esperanza, y que esa enfermedad es una forma de purificar su alma y de limpiar sus faltas.

Este principio hace que la sociedad sea mejor, que las personas se acerquen, que el ambiente de trabajo o convivencia sea agradable pues, además de que uno mismo está lleno de ánimo y energía, quienes están a nuestro alrededor también, y así el bien se esparce entre toda la gente.

No alejen a la gente del bien

No le pongan dificultades a la gente en su vida cotidiana y en su forma de adoración, de modo que hagan que se alejen del cumplimiento de sus deberes y se desvíen del buen camino. Un ejemplo claro de lo que este principio indica es aquel suceso ocurrido con Mu’adh Bin Yabal, que Al-lah esté complacido con él, quien acostumbraba a rezar la oración del Isha’ con el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, al finalizarla regresaba a su lugar de residencia, donde estaba su gente y su familia, y allí él dirigía para ellos la oración de la noche. En una ocasión, durante una de esas oraciones, recitó un sura largo del Corán, entonces uno de los orantes dejó la oración y se fue. Mu’adh, al saber lo que este hombre había hecho, lo acusó de hipocresía, lo que hizo que esa persona fuera y se quejara ante el enviado de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él. El Profeta lo llamó y le dijo: “Mu’adh, ¿quieres alejar a la gente del camino recto?”, y enseñó que cuando dirijan la oración no la extiendan, pues entre los orantes hay personas mayores y otras que tienen cosas pendientes por hacer.

El mismo camino se debe seguir cuando se aconseja a las personas para que hagan el bien o cuando se invita a los no musulmanes a que escuchen sobre el Islam, esta es una labor que es obligatoria para cada uno de nosotros y que debemos hacer con sutileza y sabiduría, y no exponer las faltas de los demás de forma que se les avergüence en público y mucho menos hay que menospreciar ni desdeñar, ni ofender las creencias e ideas de los que no siguen nuestra religión.

Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, relató que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Esta religión es fácil de cumplir, quien se imponga dificultad en su práctica terminará venciéndolo y no cumplirá con sus obligaciones” (Bujari y Muslim).

El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, reprendía a todas aquellas personas que pretendían imponerse sufrimiento y dificultad en la práctica de adoración y en su vida cotidiana, pensando que estaban haciendo bien, por eso dijo: “Hagan lo que puedan resistir”; y: “Las mejores acciones ante Al-lah son aquellas que se hacen con constancia, aunque sean pequeñas o pocas”.

El Islam es una religión equilibrada, no acepta el extremismo ni el libertinaje. Es el camino más justo y firme.  

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