Reconoce a Al-lah en la prosperidad y Al-lah te reconocerá en la adversidad

05/09/2021| IslamWeb

En su profundo consejo a Ibn ‘Abbás, que Al-lah esté complacido con él, y a todos los musulmanes después de él, el Profeta, la paz y bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Reconoce a Al-lah en la prosperidad y Al-lah te reconocerá en la adversidad” (esta versión extendida del hadiz ha sido autentificada por Tirmidhi y otros eruditos).
Este es un valiosísimo consejo para ti, querido musulmán, si deseas que Al-lah te proteja en tiempos de adversidad y angustia, que te proteja contra desastres y aflicciones, y que proteja tu religiosidad contra las tentaciones que pueden perderte.
Así que reconoce las gracias de Al-lah en los tiempos de prosperidad. Cuando un siervo de Al-lah teme a su Señor en tiempos de prosperidad, respeta los límites morales que ha impuesto, cumple con sus deberes para con Él, obedece sus mandamientos, evita incurrir en sus prohibiciones, y Lo glorifica en todo tiempo y lugar, adquiere un conocimiento de Al-lah y amor por Él que le hace merecer Su protección en tiempos de adversidad.
Si gozas de buena salud, bienestar económico, seguridad y comodidad. Si estás bien con tu familia, tienes armonía en tu vida marital y tus hijos son obedientes contigo; si tus asuntos te son favorables como esperas que sean, entonces vives en prosperidad y bendición. Esto no debe impedirte dedicarte a adorar a Al-lah con devoción y abundancia, rogando mucho a Al-lah, recitando el Corán, invocando a Al-lah y haciendo buenas obras.
No seas un siervo desagradecido de Al-lah que solo recurre a su señor en tiempos de crisis y necesidad.
No seas un siervo desagradecido que solo ruega a su Señor cuando lo azota la aflicción y luego, cuando le restaura sus bendiciones, se olvida de Aquel a quien le rogaba y le atribuye iguales. Más bien, acostúmbrate a recurrir a Al-lah antes que te azoten los problemas. Todos son buenos para recurrir a Al-lah cuando la situación está mal, incluso los idólatras árabes anteriores a la prédica del Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él. Los incrédulos de todas partes y los ateos a través de la historia.
Al-lah Todopoderoso dice sobre ellos: {Cuando suben a un barco [y son azotados por una tempestad] invocan solo a Dios con sinceridad, pero cuando los pongo a salvo llevándolos a la costa, vuelven a dedicar actos de adoración a sus ídolos} [Corán 29:65].
Un hermano nos relató que una vez abordó un avión que salía de una capital árabe con destino a Moscú, en esa época la capital mundial del ateísmo. El avión cargaba un gran número de gente atea. Durante el vuelo, el avión entró en una zona con nubes de tormenta y extremas turbulencias. Los pasajeros se asustaron tanto por las turbulencias que creyeron que el avión se iba a caer. Nos dijo: “¡Cada pasajero en el avión levantó sus manos rogando a Dios que lo salvara!”.
Al-lah fue veraz cuando nos dijo: {Él es Quien facilitó que puedan transitar por la tierra y por el mar. Cuando navegan con buenos vientos se complacen, pero si los sacude una fuerte tormenta y las olas los golpean por todos lados y creen que ya no tienen salvación, entonces invocan solamente a Dios con toda sinceridad diciendo: “Si nos salvas de esta seremos de los agradecidos”. Pero cuando Dios los salva, Lo desobedecen nuevamente sembrando la corrupción en la Tierra con injusticias...} [Corán 10:22-23].
Verdadero heroísmo
El heroísmo no es invocar a Al-lah en los tiempos de necesidad y angustia, eso cualquiera lo puede hacer. El verdadero heroísmo consiste en recordar e invocar a Al-lah en tiempos de prosperidad, mostrando gratitud por Sus bendiciones, esforzándonos por ganar su complacencia con buenas acciones, cumplir con su derecho sobre nosotros y seguir la senda recta que eligió para nosotros.
Respecto a los que se olvidan de Al-lah en tiempos prósperos y se recuerdan de Él solo en las adversidades, Al-lah censura su comportamiento y los reprende en varias aleyas del Corán. Dice:
• {Cuando al ser humano le acontece una desgracia, invoca a su Señor y se vuelve a Él [pidiéndole que lo auxilie]; pero luego, cuando Él le concede una gracia, olvida que Lo había invocado antes e iguala a sus ídolos con Dios [dedicándoles actos de adoración y súplicas], descarriando a otros de Su sendero. Dile [a quien se comporte de esta manera]: “Disfruta por poco tiempo de tu incredulidad, pues serás de los moradores del Infierno”} [Corán 39:8].
• {Cuando a la persona le acontece un mal Me implora recostado, sentado o de pie. Pero en cuanto lo libro del mal, continúa desobediente como si nunca Me hubiera invocado. Así es como los transgresores ven sus obras malas como buenas} [Corán 10:12].
• {Cuando agracio a la persona se aparta y se vuelve soberbio. Pero si lo azota un mal, entonces no deja de suplicar} [Corán 41:51].
Hay muchas aleyas con este mismo significado y apuntan a una realidad que casi todos vivimos. Cuando estamos bien y somos prósperos nos alejamos de Al-lah y somos negligentes con Él. Lo abandonamos y nos alejamos de su obediencia y su adoración y somos negligentes en los rezos y súplicas. Sin embargo, en momentos de adversidad y angustia elevamos nuestras manos a Él con extensas plegarias.
En los tiempos de adversidad, Al-lah Todopoderoso solo responde las súplicas de quienes Lo reconocen y adoran durante los momentos de prosperidad. Así que acostúmbrate a recurrir a Al-lah antes de que te caiga una desgracia. Afila tus flechas (tus súplicas) antes de lanzarlas, para asegurarte de ser aceptado; y aumenta tu crédito de buenas acciones con Al-lah Todopoderoso en tus tiempos prósperos de modo que puedas extraer de tu crédito en tiempos de necesidad.
Reflexiona acerca del modo en que Al-lah trató a Su siervo Jonás hijo de Mateo, la paz sea con él, cuando la ballena se lo tragó. Jonás invocó a su Señor cuando tres capas de oscuridad lo rodeaban (la oscuridad de la noche, la del mar y la del vientre de la ballena). Al-lah nos dice: {… [pero lo hice tragar por la ballena], e invocó desde la oscuridad [de su estómago]: “No hay otra divinidad más que Tú. ¡Glorificado seas! En verdad he sido de los injustos”} [Corán 21:87]. Al-lah también nos dice: {Respondí su súplica y lo libré de su angustia. Así salvo a los creyentes.} [Corán 21:88]. Al-lah Todopoderoso aclaró por qué aceptó sus súplicas y lo rescató de tan difícil situación. Nos dice: {… y si no fuera porque él era de los que glorifican a Dios, hubiera permanecido en su vientre hasta el Día de la Resurrección...} [Corán 37:143-144]. Esto significa que si no fuese por sus muchas obras de bien y súplicas en momentos de bienestar nunca lo habría salvado del aprieto en el que se encontraba dentro de la ballena.
En el extremo opuesto está el Faraón, que no quiso agradecer a Al-lah por todas las gracias y bendiciones que recibió de Él y con arrogancia Lo desobedeció. Cuando se ahogaba suplicó a su Señor tal y como suplicó Jonás, la paz sea con él, pero con un resultado muy diferente. Al-lah nos dice: {¿Ahora crees? Mientras que antes eras de los rebeldes [a Dios] y de los que sembraban la corrupción} [Corán 10:91]. Quiere decir: “Cuando estabas bien y eras poderoso no quisiste obedecer a tu Señor, así que ahora no tienes crédito alguno”; luego dice: {... Conservaré tu cuerpo [luego de que te ahogues] y te convertirás en un signo para que reflexionen las generaciones que te sucedan...} [Corán 10:92].
El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Quien desea que Al-lah escuche sus plegarias en los momentos de dificultades que le ruegue en abundancia en los momentos de prosperidad” (At-Tirmidhi y Al Hákim).
Si deseas que Al-lah te ayude en momentos de crisis del modo que deseas, entonces debes entregarte a Él con devoción (adorándolo y rogándole) en tiempos de prosperidad del modo que Él desea. Si deseas que Al-lah te reconozca en tiempos adversos debes reconocerlo en tiempos de prosperidad, tal como dijo el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Reconoce a Al-lah en la prosperidad y Al-lah te reconocerá en la adversidad”. Que la paz y bendiciones de Al-lah sean con nuestro Profeta Muhammad, con su familia y con todos sus discípulos. 

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